jueves, 25 de junio de 2009

el último grito

los estertores de la ciudad me despiertan del sueño mordaz
los estertores de tu voz me arrancan el alma de un tirón
y arrebatan mi último grito de muda doliente
para verter sobre la mesa del living
gota a gota
toda la sangre de mis ojos tuyos

ahogada con el lodazal que envilece mi voz
me atropella los sesos el eco de tus bramidos indecentes
incongruentes
incoherentes
¡imbécil!

enlodado el recinto sacro de los amantes
con torpezas de mármol y retórica suciedad

andante hastío encallado en la pared
te arrebata la lengua enmohecida

testaruda agoniza la noche envilecida
hasta que las sombras se destejen en mi cabeza
y sale el sol
y se ha consumido
y ya es mañana
y ya he partido

sábado, 20 de junio de 2009

¡¡¡Ay, papirri!!!


Se acerca el día del padre y quiero saludar a los padres que visitan asiduamente este espacio.
Raramente, no se me ocurren frases cursis, o bien, prefiero evitarlas.
Solamente diré que me da mucho gusto saludar en su día a padres que sé que en cada uno de sus pensamientos, en cada una de sus acciones, tienen en cuenta a sus hijos. Padres ejemplares, supongo y no porque hagan grandes proezas. Su proeza es estar presentes y amar a sus hijos. Son una especie en extinción y por eso quiero felicitarlos, mimarlos y nombrarlos.
Hay mucho discurso materno dando vuelta. Pero poco se dice de los padres, de esos que están y son padres de verdad.
Por eso, quiero otorgarles un humilde presente virtual.

Otorgo este premio a Leo de Revenires de la palabra II; a Marcelo de la Menor idea , a El Oso de Los Apuntes del Oso y a Taio de Dionisismo.

Sepan disculpar si desconozco u olvidé la paternidad de alguno.

¡Feliz día del padre para quienes corresponda y se lo merezcan!
Incluido mi viejo que siempre estuvo, con todos sus errores y virtudes, pero que me banca hasta cuando lo decepciono.
Y, para finalizar, una canción que ha ilusionado a más de un papá.


sábado, 13 de junio de 2009

Mamá fuera de serie


He recibido este hermoso premio de una mamá fuera de serie. La conocí en la facultad antes de que sea mamá y es una mina fuera de serie. Ahora la conocí en la blogósfera y resultó una bloguera fuera de serie. Supongo que, ahora como mamá, debe haber seguido la tendencia.
¡Gracias, Violeta, de Vida borderline!
Creo que todas las mamás somos "fuera de serie" por el simple hecho de que todas las personas somos únicas de alguna manera.
Sin embargo, modestia aparte, creo que me queda bien el premio y no por parecerme a Maru Botana precisamente, no, no, no! Tooooodo lo contrario!

Adoro a mi hija, Ayelén, pero no adoro a todos los niños. Algunos hijos de amigos me caen muy bien. No entiendo a esas personas que se enternecen con cualquier criatura y empiezan a hablarles como teletubbies ...ay! pobres niños que tienen que aguantar a esos seres extraños y desagradables. Tampoco entiendo a los que felicitan a los nóveles padres y les dicen que su hij@ es hermos@. Creo que todos los recién nacidos son feos (inclusive mi hija, que ahora es hermosa, era un murciélago cuando nació).
No sé si seguir contando, tengo miedo de que me quiten el premio jaja.
Es muy difícil hablar de una misma en cualquier manera. Para conocerme como madre, tienen que verme en acción. Solamente puedo resumir que amo a mi hija y que es la razón de mi existir.


A su vez, cedo este premio a las siguientes madres fuera de serie:

* A mi tocaya Vivi de Ozozo
* A Una, Dos y Tres de La MalaMadre
* A Marcela de Garabateando historias

¡Felicidades a las premiadas!
Lamento no poder premiar a varios papás fuera de serie. Hummm...supongo que pronto habrá novedades.

miércoles, 10 de junio de 2009

El dolor de la lucidez

A Luciana M.
Por empujarme sin piedad hacia la lucidez

  La lucidez, esa maldita suerte de estado mental en el cual viene la realidad toda, desnuda y cruda a herirte la vista y la conciencia.
  Cuando las palabras ya no pueden disfrazar nada, cuando ya no alcanzan las palabras y queremos cerrar los ojos para que no nos atropelle esa verdad desprovista de vestidos, entonces, deviene la lucidez.
  Es peor que dolor de ovarios o patada en los testículos pero, sin embargo, nadie quisiera arrancarse los ovarios o los testículos  voluntariamente.
  Hay veces y hay quienes no soportan el dolor de la lucidez. Entonces, es necesario extirparla de forma inminente. Esos golpes de lucidez  pueden llegar a ser mortales en muchas personas. Y se vuelve absolutamente urgente recurrir a algún tipo de atontamiento como analgésico mental: las drogas legales o ilegales, prescriptas médicamente o no, el alcohol, las mercancías, la religión, la promiscuidad, las obsesiones.
  Hay quienes tienen la fortuna o la desgracia de no haber tenido ni un minuto de lucidez en sus vidas. Fortuna de no saber porqué lloran; desgracia de no saber porqué ríen ni conocer las cosas valiosas de este breve derrotero.
  Y quienes hayan sido alcanzados por la lucidez, difícilmente puedan escapar del todo de su luz hiriente.
  No obstante, más allá de lo dolorosa que pueda llegar a ser, la lucidez nos brinda esa dimensión de las cosas que no se logra de otra manera: la profundidad de los sentimientos, la intensidad de la pasión, la agudeza de la razón, la crueldad de la locura en un mundo aparentemente cuerdo, la crueldad de la cordura en un mundo de locos, la certeza de saber que nos equivocamos y que la mayoría de nuestras batallas son causas perdidas desde hace años, siglos... desde antes de la misma batalla.
  Pero la batalla que nunca se pierde y que nunca se gana tampoco, es la batalla contra la ignorancia.
  La ignorancia, ese ignominioso monstruo que juega a dominar el mundo, que nos insulta en la cara y se burla de nuestros esfuerzos.
  Por eso, por más hiriente que nos resulte la lucidez, nunca hemos de bajar los brazos en la batalla contra la puta ignorancia envilecedora del mundo y fortaleza de los opresores de la humanidad.