Recibí este premio de mi amiga Mariela, el cual agradezco enormemente y al cual trataré de hacer honor con mis palabras. Si bien detesto que me manden a laburar y nunca escribí por encargo -menos gratuitamente- considero que esta puede ser una experiencia enriquecedora cuando no curiosa, al menos. Todo este preámbulo se debe a que las reglas del premio son:
Hay que escribir un cuento, poesía, poema, definición o lo que quieran que incluya las palabras: vida, amor, literatura, sexo, viaje,cine.
Pasarlo a 6 blogs de mujeres. Mostrar el link de todas y avisarles a cada una en su blog.
Bien, a ver qué sale:
Amanda se agachó
Amanda resolvió irse de vacaciones por prescripción médica (no solía decidir por sí misma). Sería una buena oportunidad para desestresarse, olvidarse de los alumnos que decía amar pero por los cuales recurría al psiquiatra con asiduidad como la mayoría de los docentes. Sea como sea, ningún docente va a reconocer que no se trata de su vocación la enseñanza pero tampoco reniegan de las licencias por baja psiquiátrica.
Después de todo, ir a la playa y poder degustar de esos libros de literatura que desde que tenía memoria venía postergando, bien valía una licencia.
Así es que emprendió el viaje hacia el norte, más precisamente hacia Brasil. Aunque, como se trata de una señora profesora, de una persona seria, sus planes de fiesta carioca se limitaban a playa, mp3 y libros. Por si no lo sabían, la gente seria, ni hablar de los profesores y ni qué decir de las "señoras profesoras", no tienen sexo.
Mientras con Anita Perichon todos juegan a saber la influencia de sus prácticas sexuales en la historia política latinoamericana, ¿nunca a nadie se le ocurrió establecer una causalidad entre el no-sexo y la creciente deserción escolar?
Habiendo tantos alumnos con 18 años cumplidos y estos problemas sin resolver... no se puede creer.
Amanda llegó a Florianópolis munida de su equipo de vacaciones: protector solar, mate, galletitas, malla enteriza, ojotas, sombrero, antejos oscuros, esterilla, mp3 y libros.
-¡Carajo!, ¡cómo quema la arena!- Fueron sus primeras palabras desestresantes.
Mientras se agachaba para acomodar la esterilla de una forma no muy elegante, vislumbró a una distancia para nada desagradable la presencia del amor de su vida -así lo habría redactado en sus cartas a sus compañeras docentes para que compartan en los días institucionales o las reuniones plenarias que tan constructivas son, su felicidad-.
Se acercaba hacia ella un morocho brillante, con cada músculo marcado, muy , muy morocho, sudado con una sonrisa de dientes blancos relucientes y parejos.
Le preguntó si necesitaba ayuda. Ella no alcanzó a articular palabra, apenas un gesto asertivo.
Él hablaba con fluidez y se ofreció a pasarle el bronceador por la espalda. Amanda se olvidó de los libros.
Rápidamente acordaron volver a verse esa noche.
El calor le estaba cambiando la conciencia. Jamás habría acordado una cita tan rápidamente en Argentina, ella que es una señora, perdón, una señorita profesora seria. Se desconocía pero se gustaba, algo que antes nunca le había pasado.
El morochazo también le gustaba y mucho, mucho.
Llegada la noche ya se había desembarazado de la antigua Amanda y no tenía límites. Todo su cuerpo palpitaba frente a este hombrazo que no hacía más que sonreírle y buscar excusas para rozarla. Así que, después de una exquisita cena en la que hablaron -sin llegar a comunicarse mucho- cosas que nadie recuerda ni le importan, fueron al cine.
Un roce, otro roce, una sonrisa cada vez más brillante en la oscuridad, un beso, otro beso. Un gesto muy leve del muchacho. Una caricia sobre el cabello de ella, una suave inclinación, y sin más titubeos, Amanda, en un viaje sin retorno a la lujuria, le hizo sexo oral en el cine al amor de su vida.
Desde entonces, son inseparables. No hablan mucho porque ella no entiende mucho portugués. Pero ella está totalmente desestresada y feliz. No trabaja más de docente y no se lamenta por ello para nada. En los tiempos libres, en su mansión, lee los libros de literatura que siempre quiso leer mientras espera que su morochazo vuelva de predicar en la Iglesia Universal.
Amanda dejó de sufrir.
FIN
Ahora, las nominadas son:
Ya están las 6 notables nominadas, todas muy femeninas y muy inteligentes. Con sus muy merecidos premios. Ahora espero sus textos.