oprimida el alma mía por tantas noches y ninguna estrella
ni siquiera tengo el don de la nostalgia
ni un pedacito de recuerdo que añorar
si se anuda mi garganta
y quiero gritar cadenas que tengo por voz
al visitar los recintos de esta azotea castigada por lluvias perennes
algún peregrino recuerdo
que me hace maldecir mi fortuna y mi memoria
quiero pastillas para olvidar
Hay una farmacia que las vende. Pero no te las vende solas, claro que no. Te las vende con otras pastillas, que son para soñar.
ResponderEliminarUn beso
Saludos desde castellón ya con el calorcito del verano. Llego a tu blog, como suele ocurrir, a través de otro, el de Mariela. Me gusta la frescura de los escritos y sobre todo el de "Algo bueno deba haber hecho", cuántas veces lo pienso yo... demasiadas. Yo he sido ex de profesión mucho tiempo, ahora emocionalmente ya no pero de trabajos, ni te cuento!!!
ResponderEliminarCon tu permiso te añado a ki blog. Te espero en el mío. Un abrazo muy fuerte.
Ufff, cuántas veces necesitamos esas pastillas. Pero somos lo que somos y cargamos con una historia propia. Quizás convenga tomarse la tarea de transformar esa historia en raíces, para ver si las podemos hacer florecer...
ResponderEliminarBesotes
El pasado no existe, sólo existe este presente.
ResponderEliminarDe todos modos, si te olvidás del pasado no te olvides que nos conocimos en el 2002.
Un beso grande.
Triste, bello, cruel, insensible...
ResponderEliminarBreve y bueno el poema que nos has regalado
No son necesarias las pastillas: olvidar sale solo, es un proceso higiénico de la mente
Besos y sana sana ahí donde duela
sin pastillas consciente de pasarlo, aprendiendo y con animo para adelante
ResponderEliminarMe dajaste sin palabras. Deseo que sólo sea el arte que nos convidás en cada entrada y que nada tenga que ver con tu estado anímico real. Un besote
ResponderEliminarMarce: Gracias. Avisame dónde queda la farmacia. Un beso.
ResponderEliminarVerónica: Gracias por tus palabras y ¡bienvenida! Un abrazo
Oso: Me gustó esa imagen de convertir los recuerdos en raíces para hacerlos florecer. Supongo que las flores son el aprendizaje pero a veces quisiera ser un poco más ignorante y no haber sufrido tanto. Un abrazo de osa
Mariela: ¿Cómo me voy a olvidar? Claro que serían pastillas selectivas de recuerdos. Un beso grande
Galán: Gracias. Ese poder higiénico de la mente lo conozco pero se ve que mi mecanismo está un poco desajustado a veces: me olvido de cosas que quisiera recordar y me persiguen fantasmas que quisiera desechar. Un beso grande
Freedom: Gracias por el ánimo. Tampoco estoy postrada. Es una suerte de catarsis la escritura, nada más. En realidad soy una mina muy luchadora. Un abrazo
Persis: Un poco de las dos cosas. Pero ya pasó el mal rato. Son fantasmas que van y vienen. Algún los voy a terminar de ahuyentar. Un beso grande
que tristeza, pero que bello poema
ResponderEliminarno creo en el olvido, , de los recuerdo y la memoria aprendemos y crecemos.-