Por empujarme sin piedad hacia la lucidez
La lucidez, esa maldita suerte de estado mental en el cual viene la realidad toda, desnuda y cruda a herirte la vista y la conciencia.
Cuando las palabras ya no pueden disfrazar nada, cuando ya no alcanzan las palabras y queremos cerrar los ojos para que no nos atropelle esa verdad desprovista de vestidos, entonces, deviene la lucidez.
Es peor que dolor de ovarios o patada en los testículos pero, sin embargo, nadie quisiera arrancarse los ovarios o los testículos voluntariamente.
Hay veces y hay quienes no soportan el dolor de la lucidez. Entonces, es necesario extirparla de forma inminente. Esos golpes de lucidez pueden llegar a ser mortales en muchas personas. Y se vuelve absolutamente urgente recurrir a algún tipo de atontamiento como analgésico mental: las drogas legales o ilegales, prescriptas médicamente o no, el alcohol, las mercancías, la religión, la promiscuidad, las obsesiones.
Hay quienes tienen la fortuna o la desgracia de no haber tenido ni un minuto de lucidez en sus vidas. Fortuna de no saber porqué lloran; desgracia de no saber porqué ríen ni conocer las cosas valiosas de este breve derrotero.
Y quienes hayan sido alcanzados por la lucidez, difícilmente puedan escapar del todo de su luz hiriente.
No obstante, más allá de lo dolorosa que pueda llegar a ser, la lucidez nos brinda esa dimensión de las cosas que no se logra de otra manera: la profundidad de los sentimientos, la intensidad de la pasión, la agudeza de la razón, la crueldad de la locura en un mundo aparentemente cuerdo, la crueldad de la cordura en un mundo de locos, la certeza de saber que nos equivocamos y que la mayoría de nuestras batallas son causas perdidas desde hace años, siglos... desde antes de la misma batalla.
Pero la batalla que nunca se pierde y que nunca se gana tampoco, es la batalla contra la ignorancia.
La ignorancia, ese ignominioso monstruo que juega a dominar el mundo, que nos insulta en la cara y se burla de nuestros esfuerzos.
Por eso, por más hiriente que nos resulte la lucidez, nunca hemos de bajar los brazos en la batalla contra la puta ignorancia envilecedora del mundo y fortaleza de los opresores de la humanidad.
Jamás hay que dejar vencer a la ignorancia, salvo que se trate de la “docta ignorancia”, o del “sólo sé que no sé nada”…
ResponderEliminarEn cuanto a tu tratamiento de la lucidez, noto ciertos tintes existencialistas en tus frases, ¿has leído a Sastre tal vez?
Ah, siempre quise ver esa peli
¡Y cómo vas a decir que no sabés lo que es el amor! Eso sí que no te lo permito, ex…
Besos muy lúcidos y lucidos
Ignorancia nunca!!! pero lucidez extrema como la mia en este momento me quita la posibilidad de sifrute. Veo mas de lo que quiero y me parece verlo. Me duele y mas despues de haber desenmascarado al peor de los estafadores despues de 11 años de mentiras. Como negarme a ser lucida ahora?? Como encontrar el centro de la lucidez para que no me vuelva paranoica y agotar los lindos sentimientos??? Quiero un analgesico, algo que lo suavice Te lo aseguro
ResponderEliminarLa lucidez te abandona,
ResponderEliminarcuando tú te sientes sola,
la ignorancia no queremos,
eso sí que los sabemos.
Con cariño. Demofila
Ay Vivi, esa Luciana, más que amiga...ja ja ja ja.
ResponderEliminarEstoy mal, muy mal de los sesos.
Me ronda una lucidez obsoleta aprehendida en la casa o en un banco de escuela, una lucidez que me sirve apenas para no caer en la mediocridad.
Y qué maravillosos que a esa lucidez que busca renovarse, cada vez que busca imponerse por sobre nuestros pensamientos más absurdos y descocados, la podamos bajar de una patada en el culo...
Lúcida y lucida, yo no podría tener un blog. Mejor así.
Vivi: hay un meme para vos en mi blog
ResponderEliminarLa lucidez es un poco aterradora, pero sin dudas la ignorancia es imperdonable.
ResponderEliminarBueno, algo haremos, entonces.
Un beso grande.
Galán: He leído a Sartre pero hace mucho mucho tiempo. Te diré que era chiquita, creo jaja. De lo que no me había dado cuenta era de que había tanta influencia en mi escritura. Sobre el amor...te dejé un comentario en tu blog. Un beso
ResponderEliminarFreedom: A esa sensación me refería. Pero siempre es mejor la lucidez. Un abrazo
Demofila: Gracias por tus rimadas palabras. Bienvenida!
Violeta: A Luciana M. la conocés, es de Letras. Vos viste que la gente de Letras es yegua jaja. Es una amiga que me hace pensar, no es condescendiente y sufre de honestidad bruta, por eso es mi amiga y por eso se lo dediqué. Además, ella me recomendó la película. Yo todavía no encontré la patada en el culo para la lucidez. Estoy perdida. Gracias por el meme. Un beso
Mariela: Sin duda, la ignorancia es imperdonable. Detesto a quienes fundan su poder sobre la ignorancia. Vos me entendés. Un beso grande.
hola .. Soy de Indonesia ... lo siento, si mi español es el idioma bad.I READI su artículo, es bueno. Y me gusta tu blog y quiero ser tus amigos, y espero que visite mi blog y dejar tu comentario. si las dificultades en el lenguaje se puede usar google traductor para traducir mi entrada. gracias a los amigos.
ResponderEliminarhola, tu artículo es genial. i como este y espero que quieras visitar mi blog.
ResponderEliminarLa lucidez extrema la juzgan como una forma de locura. A veces creo que los que más saben, más sufren, porque se dan cuenta de todo. Y no me refiero a los saberes de la enciclopedia...
ResponderEliminarHago mias tus reflexiones!
Un beso
Brillante, Vivi. Un post para suscribir palabra por palabra.
ResponderEliminar¡Qué difícil y qué necesario es!
Me sentí abrazado por este texto.
Besos
Marcelo: Esa es la idea, precisamente. Un beso
ResponderEliminarOso: Gracias. Y bueno, un abrazo de osa para vos, entonces. Un beso