miércoles, 20 de octubre de 2010

dos extraños



mirando hacia atrás
hacia lo que alguna vez fue tan tangible
tan real
y hasta "nuestro"
no puedo dejar de pensar
en este presente
que nos vuelve dos extraños

¿cómo puede ser
que dos personas que se amaron tanto
no logren reconocerse
ni en la mirada siquiera
ni en la voz
las palabras...?

¿cómo puede ser
que el sueño de una familia
que el fruto de ese inmenso amor pretérito
no haya sido suficiente
para salvar lo insalvable
y hoy seas un desconocido más?

¿quién sos?
¿quién soy?
¿cuándo fue que fuimos
que ya ni lo recuerdo casi?
y no comprendo ni el amor que nos unió antaño
ni la ausencia tan cotidiana
tan natural
tan nuestra como antes fueron los proyectos de amor

no logro reconocer tu recuerdo
la persona que alguna vez creí conocer
en ninguno de tus gestos
tus palabras me saben huecas
y ningún esfuerzo alcanza
para recordar tus besos siquiera

curioso final del amor
cuando quien camina a tu lado
se convierte en un perfecto extraño



5 comentarios:

  1. El agua apaga el fuego
    y al ardor los años,
    amor se llama el juego
    en el que un par de ciegos
    juegan a hacerse daño
    y cada vez peor, y cada vez más rotos
    y cada vez más uno,
    y cada vez más yo sin rastro de nosotros.
    Ni inocentes ni culpables
    corazones que destroza el temporal,
    carnes de cañón.
    No soy yo, ni tú ni nadie,
    son los dedos miserables que le dan
    cuerda a mi reloj...

    Perdoname por este alud sabinesco.
    No me aguanté.
    Tus versos me calaron hondo, y no pude resistir teclear ésto.

    Un abrazo

    SIL

    ResponderEliminar
  2. Trae mucha tela para cortar tu publicación de hoy, igual creo que siempre nos resultamos extraños con él o la susodicha, porque tambien creo que uno nunca deja de conocerse y en ese viaje, perderse está siempre a un pasito nomás.
    Muy bueno lo de hoy!
    Un abrazo Viviana

    ResponderEliminar
  3. Es así, y yo tampoco sé por qué.
    Hermoso poema, me gustó mucho.

    Un abrazo grande.

    ResponderEliminar
  4. No reconocernos en lo que fuimos...
    y sin embargo fuimos.
    Bellísimo, Vivi.
    Besos

    ResponderEliminar